viernes, 28 de diciembre de 2012

Deseada: adicto a ti


COMPRALO! 

Advertencia: "Deseada: adicto a ti" contiene escenas de sexo, de voyeurismo y de BDSM. 

Sinopsis: El enmascarado entra en la casa de Abbie mientras ella duerme, decidido a convertirla en su sumisa. Pero en la casa hay alguien más, la joven pupila de Abbie que resultará ser un peligroso instrumento en manos del intruso, el cual solo desea someter a Abbie de una vez por todas. 

Extractos: "Un tenue aroma a rosas llenó la habitación, a la vez que Abbie se estremecía ante el súbito dolor y abría los ojos. Un hombre enmascarado, con todo el rostro cubierto, la miraba inclinado sobre ella. No llevaba camiseta, tan solo unos pantalones ajustados. Sin embargo, la ladrona no se fijaba ni en la máscara, ni en el musculado torso desnudo, ni en el bulto que se marcaba en sus pantalones de cuero. Sus ojos no se apartaban de la vela que sostenía en una de sus fuertes manos. La misma puñetera vela que olía a rosas y cuya cera estaba quemándole en el vientre. 
—Maldito hijo de puta, ¡suéltame! —masculló y exigió con voz queda, mascando las palabras una a una con rabia mientras se daba cuenta de que estaba inmovilizada al forcejear contra sus ataduras. 
—¿Y perderme la oportunidad de jugar con esto? —El hombre acercó su otro brazo, el que hasta entonces había mantenido oculto detrás del cuerpo. 
La luz de la Luna, esa que se colaba por la ventana abierta del techo, iluminó unas tiras de cuero y unas pinzas. Entonces ella se dio cuenta de que el extraño era Ramón y se humedeció. Lo había reconocido por la voz pero tendría que haberse dado cuenta antes, pues sólo él tenía ese porte de orgulloso y arrogante cabrón. Como si el mundo le perteneciera y ella estuviera incluida en el lote. Pensaba que le había bajado los humos el otro día, pero ya veía que no. Y ahora... ahora él pretendía vengarse y ella sabía que eso solo podía ser sinónimo de algo: sexo. Y del bueno. 
—¿Para qué es eso? —le preguntó sin tener claro si sentir miedo o excitación. Quizá ambas cosas. 
—¿Tú qué crees, gatita? 
Si no fuera por la puñetera máscara, juraría que le había enarcado una ceja con burla. Comenzaba a conocer demasiado bien sus expresiones faciales. 
—No lo sé. Ya estoy atada. 
—Una de las correas es para tu cuello. Va unida a una mordaza. Las otras rodearán tus pechos y las pinzas... ¿de verdad hace falta que te lo diga? 
—Eres un sádico. 
—No. Soy tu amo." 

 "Ramón sacó de la mochila una tira de bolas tailandesas negras. Estas, a lo largo de un palo de más de un palmo de longitud, se disponían por tamaños, de más pequeña a más grande. Cogió un poco de lubricante en su dedo índice y se acercó a esas caderas que se movían ansiando sus caricias, mientras de la boca amordazada de Abbie salían ruidos suplicantes. Malicioso, acercó su boca, su lengua, su aliento, a ese coño húmedo de labios hinchados y enrojecidos. Le dio una lametada, empezando por la vagina, buscando su sabor a hembra como si fuera el licor más embriagador y delicioso para, a continuación, subir muy despacio hacia arriba y, al llegar a ese pequeño botón erecto de su clítoris, rozarlo con los dientes en un amago de mordisco que hizo que ella elevara y bajara las caderas con brusquedad, su trasero hincándose en el colchón con fuerza y su vientre cóncavo estremeciéndose." 

Todos los libros de la serie deseada tienen una longitud entre 8.000 y 12.000 palabras. Su orden es: 
 I - La sumisión de una ladrona 
II - La venganza del ama sometida 
III - Adicto a ti 
IV - La subasta

domingo, 2 de diciembre de 2012

Esperando

Esperando...
Olvidada sobre un sofá perdido en casa.
Desorientada sin tu presencia, expectante, humedecida. Aguardando... tu presencia, temiendo y anhelando el tacto áspero de una cortina.


Castigo

Disgustada.
Decepcionada.
Insatisfecha.
Hoy solo verás a la oscuridad de tu castigo rizarse en mi cabello.
La noche es oscura, sin Luna. El blanco de mi cuerpo te deja atrás.

Átame

Átame.
Acércate por detrás cuando no te vea, deja que tu respiración se condense contra mi espalda. Acerca tus manos, coge las mías, tapa mis ojos con una banda de plástico negra.
Y susúrrame que soy tuya.
Fuerza mis brazos a mi espalda, en... cadena mis muñecas, arrástrame donde desees, desliza mi ropa más allá de mis senos con la suavidad de una caricia o arráncala con brusquedad. Lo que ordenes.
Déjame claro que esta noche soy tuya.


domingo, 25 de noviembre de 2012

Deseada: la sumisión de una ladrona

Primera novela (relato largo) de la serie DESEADA, a la venta en Amazón por 1,24 euros.

Sinopsis: Una famosa ladrona entra a robar a una casa que cree vacía. No es así. Alguien la está esperando, alguien que lleva demasiado tiempo soñando con tenerla indefensa y a su merced, aunque para ello primero tenga que someter a la orgullosa ladrona.

Extracto: "—Córrete para mí, gatita —le ordenó.
La mujer intentó resistirse con todas sus fuerzas pero no podía. Sentía la presión de las correas de cuero en sus muslos, ella misma se tensaba haciendo que estuvieran tirantes y eso era algo que la estaba poniendo caliente, demasiado caliente. No podía más, no con ese hombre entre sus piernas ancladas al techo, su espalda en tensión y el dolor de sus pezones. Y entonces él... él sustituyó sus dedos por su boca. La empapada tela negra de sus bragas hacía que su respiración no pudiera escapar del hueco de su sexo; su lengua recorría su coño, succionando en su clítoris a la vez que sus dos manos acariciaban las cimas de sus pechos... no pudo más: jadeó, gritó, se corrió maldiciéndolo."

Advertencia: "Deseada: la sumisión de una ladrona" contiene escenas de sexo y de BDSM.